Nuestra máquina perfecta llamada cuerpo humano aprovecha al máximo lo que ingerimos. Y claro, dentro de todo lo que comemos y bebemos hay compuestos beneficiosos y otros perjudiciales que debemos reconocer para no dañar esta querida máquina permitiéndole funcionar bien y por mucho tiempo. Cuando tenemos hijos, esta responsabilidad se hace aún más fuerte, igual que cuando nos compramos un nuevo auto o un nuevo celular, no queremos que se raye en el primer año y somos muy cuidadosos con ello.
Los compuestos beneficiosos que nuestro cuerpo aprovecha de cada bocado, son los nutrientes, conformados por proteínas, lípidos (grasas), vitaminas y minerales.
Cuando aprendí sobre el uso que mi organismo le da a los alimentos, comencé a ser más analítica y cuidadosa sobre mis decisiones alimenticias y quizas a vos te pase lo mismo jeje.
Para no alargar el cuento, te lo resumo:
Las proteínas las usa nuestro cuerpo para la función estructural: para crear y regenerar los músculos (es por eso que seguramente has visto que los deportistas y los fanáticos del gym consumen mucha proteína), para regenerar las células (el colágeno es un tipo de proteína que ayuda a la formación de tejidos como la piel, ligamentos, tendones, etc), para formar y reparar los huesos. Comparando el cuerpo humano con una casa, las proteínas son los ladrillos y cemento que edifican y reparan las estructuras, sin ellos la casa se viene abajo. Lo ideal es comsumir las proteínas combinando de origen animal y origen vegetal. Alimentos ricos en proteína: pollo sin piel, pato sin piel, pescado, huevo, yogurt griego, carne de res magra, lentejas, frijoles, garbanzos, arvejas, maní, almendras, cayú, semillas de calabaza, semillas de girasol, semillas de linaza, sésamo, quinua y avena.
Los carbohidratos y lípidos (grasas) los usa nuestro cuerpo para la función energética, para que cada célula tenga la energía suficiente para cumplir su función. Esto es como el combustible para un auto, si el combustible no cumple los parámetros recomendados, este va a funcionar deficiente y poco a poco se va deteriorando. Alimentos ricos en carbohidratos saludables: quinua, frijol, trigo, lentejas, garbanzos, avena, camote, zapallo, arvejas, habas, arroz integral, frutas en su estado natural (sin licuar). Alimentos ricos en lípidos (grasas) saludables: palta, maní, almendras, cayú, sésamo, semilla de girasol, semilla de calabaza, linaza, chía, huevos, aceite de oliva.
Las vitaminas y minerales los usa nuestro cuerpo para la función reguladora, creando las reacciones necesarias. Imaginemos que nuestro cuerpo es una fábrica; entonces las vitaminas y minerales son los jefes y supervisores, no hacen todo el trabajo pero se aseguran que todo funcione bien, organizando y controlando y si algo falla ayudan a resolverlo. Las vitaminas y minerales por ejemplo estimulan el funcionamiento del sistema inmunitario. Alimentos ricos en vitaminas y minerales: todo tipo de nueces como almendras, cayú, maní, pistachos, frutas en su estado natural y vegetales. La clave es consumir una diversidad de colores en los alimentos, cuanto más variado los colores, mayor será el aporte de nutrientes.
Para que nuestra máquina funcione como deseamos, debemos alimentarla con los nutrientes que necesita, de una forma equilibrada día a día.
Ahora seguramente me entendés por qué me volví analítica y selectiva con los alimentos que consumo, además esta mentalidad me impulsó a crear mis propias recetas las cuales estoy compartiendo gradualmente en mi web www.canelacoliflor.com . Cada una de estas recetas ha sido diseñada pensando en los aportes nutricionales de sus ingredientes.
Si esta información te sirvió para mejorar un poquito tu bienestar y el de tu familia, me sentiré muy contenta 🙂